Comienza el paseo en la playa de Altafulla, y en dirección sur, por el incomparable paseo de las Botigues del Mar, una de las joyas intactas de la Costa Daurada. Las casitas blancas junto a la arena de este barrio de Altafulla han quedado ancladas en el tiempo y convierten el paseo en un retorno a la costa de nuestros abuelos. Se construyó para que los comerciantes guardaran la mercancía y los pescadores, los aparatos náuticos y las redes. Cuando se acaba el paseo, quizás tendrás que quitarte los zapatos para caminar por la arena hasta llegar al primer castillo del trayecto, el Castillo de Tamarit.
Tienes que dar toda la vuelta a la edificación y a la antigua Vila Closa de Tamarit para tener una vista cien por cien satisfactoria. Sigue el camino de ronda, muy rocoso. Los estilos románico, gótico y renacentista se combinan en este castillo del siglo XII, que protegió el municipio de las invasiones piratas durante la Edad Media. Nada hace pensar que hace un siglo estaba medio en ruinas. Hoy se exhibe majestuoso después de que el filántropo norteamericano Charles Deering y el pintor catalán Ramón Casas lo rehabilitaran de arriba abajo. Es de propiedad privada y normalmente no se puede entrar. Pero si te pica la curiosidad, tienes dos opciones. Puedes entrar algunos domingos en la misa de la iglesia del complejo o bien puedes casarte haciendo una gran fiesta y alquilar todo el castillo para hacer un convite más que sonado. ¡Tú eliges!
Al pie del Castillo de Tamarit, si soportas bien el frío, te puedes remojar en la preciosa Cala Jovera -en verano siempre és una mejor idea-. Es uno de los rincones de costa más singulares de la Costa Daurada y ofrece una postal digna de fotografía.
25 de diciembre, os deseamos una Feliz Navidad. Si véis un niño en la cuna es que el pesebre ya está instalado y todos los pastores pueden ir a adorarlo. En Navidad son muchos los pueblos y ciudades que representan el nacimiento de Jesús. Pero todos son diferentes: hay pesebres muy especiales, teatralizados con hombres y mujeres de carne y hueso, hechos en pueblos abandonados, en masías históricas catalanas, en espacios rurales envidiables ... En esta TripIdea te seleccionamos algunos de los pesebres más destacados de la Costa Daurada. Así pues, coge el zurrón, y ¡venga, hacia el establo!
Pocos lugares hay tan adecuados en la Costa Daurada para comer al aire libre con amigos o familia. La zona recreativa Fondo del Mata es el lugar que buscas para comer tranquilamente huyendo del ruido de la ciudad y de las prisas diarias. Llegarás desde El Vendrell tomando la carretera TV-2048 y luego siguiendo por el camino de la Costa Roja. El área natural tiene un entorno con fuentes y dos estanques, agua de los cuales se canaliza desde un molino, varios caminos para pasear y bancos para sentarse a tomar el fresco. Quizás no te lo creerás pero esta área es un antiguo vertedero de escombros restaurado.
La actividad más habitual es preparse uno mismo la comida. Si llevas carne de casa y reservas el espacio al Ayuntamiento un par de días antes puedes montar una barbacoa utilizando las que hay en Fondo del Mata, y servirte de las mesas y sillas que están a disposición de los visitantes. Con un poco de habilidad con el fuego y una buena compra, ¡vais a chuparos los dedos! Aquí no tendrás que sufrir para saber dónde paran los niños o para encontrar la fórmula para entretenerlos. Una pelota o algunos juegos y la diversión está asegurada. En este espacio natural también están los huertos sociales municipales, que un grupo de gente de El Vendrell cultiva con mucho cuidado.
Cierra los ojos y escucha como rompen las olas contra la arena. Palpa las redes de los pescadores de alta mar. Vive una subasta del pescado tal y como se hacía antiguamente. Descubre las sorpresas sensoriales que te ofrece el Puerto y la playa de Cambrils en una propuesta innovadora que convierte la visita en una experiencia que te queda grabada en el cerebro.
Turismo de Cambrils organiza visitas guiadas por el paisaje costanero del municipio con protagonismo de la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. Una visita bautizada bajo el nombre de Ruta de los Sentidos y que es muy recomendable para hacer con niños. Los pequeños nunca tienen suficiente con hacer una visita convencional: hacerlos interaccionar con los espacios y objetos es la formula ideal para saciar su curiosidad infatigable .
La Ruta de los Sentidos por el puerto de Cambrils también es apta para personas con alguna discapacidad. También puedes consultar los materiales en braille durante la visita y el trayecto está libre de barreras arquitectónicas. Si quieres contratar la visita guiada hazlo con cierta antelación en Turismo de Cambrils.
Sea cual sea tu ruta, no te puedes perder uno de los símbolos del pueblo, la Torre del Puerto. Es una construcción de defensa del siglo XVII ubicada en el centro del paseo portuario. El edificio está catalogado bien de interés cultural y aloja de forma intermitente exposiciones temporales sobre el mar y la pesca.
El río Siurana, el río Brugent y el río Glorieta han serrado con el paso de los siglos la orografía de unas montañas con gran atractivo natural. Ponte en marcha y apúntate con esta TripIdea a descubrir con criaturas el patrimonio de las Muntanyes de Prades. Están certificadas como destino de Turismo Familiar y esto quiere decir que todo es mucho más fácil si quieres hacer una visita con los pequeños de la casa.
La ciudad roja es un buen punto de partida para esta salida. Así es como se conoce el pueblo de Prades, por el color omnipresente en las construcciones de piedra de este municipio de la Costa Daurada. Camina por los callejones estrechos y llega a la plaza porticada de la villa, donde encontrarás una singular fuente renacentista al pie de una majestuosa iglesia. Hay empresas que en pleno verano organizan gincanas para descubrir Prades en familia y de una manera muy divertida. Os dividiréis en dos grupos y deberéis resolver algunas incógnitas para ganar esta didáctica competición.
Si quieres hacer una excursión corta la más indicada y bonita es la de la Ermita de la Abellera, a unos 2 kilómetros del municipio. El edificio, del 1570, está incrustado en un risco de piedra aprovechando una cueva natural. Desde sus laterales las vistas de estos valles -la más próxima es el valle del río Brugent- son para quedarse abstraído un buen rato.
Entras en el túnel del tiempo y apareces en la Estación de Francia de Barcelona. Estás en los años 60, cuando el país apenas comienza a recuperar el pulso tras una larguísima posguerra. Tienes un billete para un tren radiante del que todo el mundo habla en la ciudad, el Talgo, el ferrocarril más innovador del momento. El tren hoy tiene como destino Tarragona, en la Costa Daurada. De prisa, sube, ¡que el jefe de estación ya ha hecho sonar el silbato!
De mayo a octubre, el Tarraco Talgo, esta original propuesta de turismo vintage, sale cada sábado con el argumento de llevar los viajeros hasta una de las ciudades más monumentales de Cataluña. Pero la experiencia, aparte del destino, lo vale también por el trayecto. El interior y el exterior de este Talgo III RD te hace retroceder cincuenta años en el tiempo.
De las tierras del Priorat es bien sabido que desde hace siglos sale un buen vino. Pero ya ha caído más en el olvido que la geología de la región ha dado otro producto de alto valor industrial: el plomo. Empezamos esta TripIdea en las minas de plomo más importantes de Cataluña durante un siglo, las de Bellmunt del Priorat.
Es como si hubieras abandonado los niños en medio de la selva y ellos tuvieran el reto de salir adelante superando pruebas en plena naturaleza. No es una pesadilla, es más bien lo contrario, una aventura infantil divertidísima que tiene un nombre y muchos ya lo conocen: Jungle Trek, un parque de ocio en la Costa Daurada que está integrado dentro del bosque.
Salta por las tirolinas, intenta mantener el equilibrio en los troncos móviles, supera el paso de la araña, aférrate a las lianas de Tarzán, ¡e incluso haz de funambulista paseando por una cuerda a 10 metros de altura! Jungle Treck ofrece a los niños a partir de 4 años y a los adultos más salvajes una oportunidad para disfrutar de las aventuras de 6 circuitos de varias dificultades. Sólo se requiere la presencia de un adulto con cada grupo de niños para que, junto con los monitores del espacio perfectamente entrenados, garanticen la seguridad de las instalaciones. ¡Perder tus hijos por la selva del Jungle Treck es una experiencia familiar que te llenará de buen humor!
Pocas ciudades del país están tan preparadas como Cambrils para recibir a los amantes de la bicicleta. Muchos hoteles disponen de aparcamientos para las bicis, hay espacios de limpieza y talleres para las bicis y menús especiales para deportistas. Si eres un gran aficionado o simplemente un dominguero de las dos ruedas, pedalea, ¡que estás en la Costa Daurada!
En la Oficina de Turismo de Cambrils te darán un plano con todos los carriles bici y caminos del término municipal. Es una herramienta perfecta para conocer la parte más rural del pueblo pedaleando en familia: campos cultivados, arroyos, riachuelos, senderos... Cuentan con una red de caminos que te permite llegar hasta Montbrió y Mont-roig del Camp en rutas alternativas a las carreteras principales.
Cerca del mar, la salida más tranquila que puedes hacer en bicicleta es la del Passeig Marítim, en dirección a Salou. En total son 9 kilómetros de carril bici con servicios como bares y restaurantes muy cerca. En verano, vale la pena evitar las horas de máxima irradiación del sol si no quieres caer desplomado de tanto calor. Eso sí, si llevas el bañador puesto, ¡siempre puedes hacer una parada con baño incluido!
Nació en Torredembarra uno de los catalanes que más éxito cosechó haciendo las américas en el siglo XIX. Joan Güell fue pionero en la industrialización catalana y es uno de los indianos más famosos y polémicos de Cataluña. Fundó la Maquinista Terrestre y Marítima - la gran empresa catalana de la Revolución Industrial - y sus herederos fueron los fieles mecenas del arquitecto Antoni Gaudí. Güell dejó huella en Cuba y en toda Cataluña. Y en esta TripIdea queremos invitarte a seguir el rastro que él y el resto de indianos han dejado en este pueblo de la Costa Daurada.
El tercer fin de semana de septiembre, Torredembarra celebra la Feria de los Indianos, en la que las calles del casco antiguo vuelven a la era de los aventureros económicos de las américas. Habaneras, ron, bailes de salsa, vestidos caribeños... Te parecerá haber aterrizado en la Cuba de principios del siglo XX sin moverte de la Costa Daurada. Es una buena ocasión para entrar en la Torre de la Vila -origen de la ciudad- y descubrir sus reminiscencias indianas. Cuando te canses de dar vueltas, un buen café cubano te trasladará a las plantaciones de café del Caribe. Y no olvides ir a la moda cubriéndote del sol con el clásico sombrero panameño.