Tres pesebres vivientes y un pesebre en las playas de la Costa Daurada

Desde finales de los años noventa, una asociación decidió recuperar el pequeño núcleo de Castelló, junto a Vandellòs (en el municipio de L’Hospitalet de l’Infant), y representar cada año uno de los pesebres vivientes más singulares de toda Cataluña, el Pessebre dels Estels. El pueblo vuelve a la vida recuperando espacios como las eras, las plazas y las casas y ofreciendo a los visitantes un reencuentro con los antiguos oficios. Puedes ver el trabajo que hacían los bateadores de la era, las carboneras o los forjadores. Hasta 325 personas participan en la escenificación del nacimiento de Jesús situado en un bonito pueblo de montaña: una teatralización que también te hará vivir la cotidianidad de muchos pequeños pueblos del principado en el pasado. Se suele representar 3 días de tarde durante las fiestas de Navidad.

Las anécdotas, la historia y la vida diaria de Valls se han colado en el pesebre viviente de la capital del Alt Camp. Se representa en el barrio antiguo, y repasa, a lo largo de sesenta escenas, los principales episodios de la historia de la ciudad. La iglesia de Sant Joan alberga las representaciones bíblicas y el resto están repartidas por el centro del barrio, en un espectáculo que protagonizan más de 300 actores voluntarios, con música y danza. Cada año visitan este pessebre de la Costa Daurada alrededor de unas 5.000 personas, lo que evidencia que las vecinos y comerciantes de Valls, ¡ponen talento y oficio!