Uno de los vestigios más recientes de nuestro pasado histórico es la huella de la Guerra Civil en nuestros pueblos y ciudades. La zona de la Costa Dorada fue una de las últimas zonas de la península al caer en manos de las tropas franquistas, por eso los refugios existían casi en todas las ciudades con más habitantes.
Hoy en día tenemos unos cuántos que son aptos para visitar.
Quizás uno de los espacios naturales más preciosos de la Costa Daurada es el Desfiladero de Fraguerau. Se abre paso por el río Montsant entre la Serra la Llena y la de Montsant. Además, es uno de los lugares más emblemáticos del Parque Natural del Montsant. El río se abre tímidamente entre rocas imponentes de formas redondeadas, que dibujan un acceso en la Catalunya del silencio. De hecho, algunos denominan este valle como el Valle del Silencio, por la calma y la paz que se respira.
Y es que el Priorat es una de las comarcas más rurales y tranquilas de la Costa Daurada, ideal para entrar en contacto con la naturaleza más indómita y con la espiritualidad de las pequeñas ermitas. Este desfiladero debe su nombre al anacoreta Fray Guerau que vivió en una balma próxima al río en la Edad Media, junto a la cual encontramos la ermita románica de San Bartomeu.
Empezamos la excursión?
El acceso por las ermitas de Sant Antoni y Santa Magdalena de Ulldemolins es lo más sencillo a la hora de empezar la excursión. La entrada al desfiladero se inicia a las Cadolles Fondes, unas balsas esculpidas en la roca que ha modelado la acción del agua y que se pueden ver desde un mirador. También, a lo largo del recorrido, podréis encontrar atractivos que os trasladarán a épocas medievales como un puente colgado que hay que atravesar sobre el río.
De hecho, os aconsejamos una ruta de ida y vuelta por el mismo GR-65-5. La idea es que vayáis siguiendo las marcas blancas y rojas hasta llegar a la Ermita de Sant Bartomeu. La vuelta es por el mismo camino. Encontraréis diferentes fuentes de agua y un paisaje que os hará desconectar del ruido y el bullicio de la vida terrenal.
Aprovechando la parte mística del Montsant, también os proponemos descubrir el territorio a través de sus ermitas, las grandes casas rurales de la espiritualidad, donde se conservan las vírgenes más adoradas de la Costa Daurada. A continuación, os hablaremos de algunas, tanto de las que forman parte del itinerario del Congost de Fraguerau como otras que podéis encontrar muy cerca, a pocos kilómetros de distancia. A la mayoría se puede llegar en coche, pero a todas se puede acceder haciendo una excursión a pie que os permitirá conocer la región en estado puro.
Llegar a Rojals es como entrar en el Monte Parnaso, un pueblecito elevado desde donde se contempla una vista magnífica. Si vais a pie, desde Montblanc, atravesareis un bosque denso e intenso, veréis masías a ambos lados, y finalmente llegaréis al pueblo, uno de los más pintorescos de la Costa Daurada. Casas de piedra, balcones con flores, pocos vecinos y la esencia de pueblo todavía viva.
Pero la recomendable excursión de Montblanc en Rojals no es la única posibilidad que tenemos por estas comarcas que rodean las montañas de Prades. En realidad, hay varias opciones, todas ellas muy vinculadas con el patrimonio, la naturaleza y el vino.
Esta es una experiencia tanto intensa como encantadora. Los cementerios son espacios donde se mezcla el dolor por las pérdidas de la vida cotidiana pero también todo el valor y la profundidad de nuestra historia a través de las sepulturas de la gente anónima y de los ciudadanos y ciudadanas más ilustres. Pero sabéis que los cementerios de la Costa Daurada esconden muchos de los secretos arquitectónicos y escultóricos más desconocidos del territorio? El hecho de no estar ubicados en museos sino en estos recintos funerarios, los hace más desconocidos y por tanto, más atractivos también.
¿Cuáles son los espacios funerarios imprescindibles de la Costa Daurada? Tate Cabré en el libro ‘Hoy por mí, mañana por ti’ descubre algunos de estos espacios. De hecho, el mismo título del libro es una inscripción que figura en la entrada del cementerio de Vilallonga del Camp.
Os explicamos algunos otros: el Mausoleo de Delgado, al cementerio de Reus; la reproducción del legendario mausoleo de Halicarnàs, al de Tarragona, y las lápidas jujolianas del mismo recinto; la tumba del músico Pau Casals, en el Vendrell; la de Maties Palau Ferré, en Montblanc; la del escultor Julio Antonio, en Móra d'Ebre, o las vistas panorámicas que se divisan desde el cementerio de Tortosa, un recinto diseñado en el siglo XIX en forma de estrella pentagonal.
Por otro lado, también tenéis que saber que en los cementerios de la Costa Daurada hay muchos memoriales históricos vinculados a la Guerra Civil y, por eso, será una buena manera también de descubrir la historia más reciente.
Siguiendo el curso tranquilo del río Gaià, la Albereda de Santes Creus se abre como un oasis verde en el corazón de la Costa Daurada. Este bosque de ribera, vinculado al conjunto monástico desde el siglo XII, es un espacio donde el agua da vida a una de las poblaciones de olmos más importantes del sur del país. Entre sus sombras también crecen álamos, castaños, almeces y plataneros, acogiendo una fauna tan variada como fascinante.
Hoy, bajo la gestión de la Diputació de Tarragona, la Albereda es un refugio de paz para ser disfrutado todo el año, un lugar ideal para disfrutar en familia y dejarse envolver por el silencio y la naturaleza.
Espectacularidad, emoción a raudales, pasión, valores... El Concurs de Castells, el 'Mundial casteller' que se celebra cada dos años en la capital de la Costa Daurada, es todo esto ¡y mucho más! Las tres jornadas del Concurso, que se celebran en Torredembarra y en la Tarraco Arena, de Tarragona, despiertan la admiración del público local y del extranjero, que viene expresamente de diferentes países para no perderse esta cita que se celebra el primer domingo de octubre de los años pares. ¡Y el resultado final siempre satisface a todos!
¿Queréis conocer la Costa Daurada más misteriosa y legendaria? Hoy os proponemos seis lugares con un pasado muy particular que podéis descubrir... ¡si os atrevéis!
Empezamos por el extremo norte de la Costa Daurada, en Marmellar, comarca del Baix Penedès, un pueblo fantasma que llegó a tener unos 60 habitantes y que fue escenario de dos crímenes que, 30 años después, siguen sin resolverse. Hoy, sin embargo, el lugar cuenta con una ruta muy bien indicada para ser recorrida en familia hasta alcanzar la cima más alta de la comarca, con una zona de picnic en el área forestal y sitio para aparcar.
El entorno natural del Tarragonès es mágico, con multitud de espacios increíbles para ser descubiertos y recorridos en familia: edificios modernistas, castillos medievales, espacios naturales con zonas de recreo, una iglesia encaramada y una desembocadura fluvial riquísima en flora y fauna. ¿Nos acompañáis en esta ruta por la Costa Daurada?