Si vienes de hacer la primera parte de la Ruta del Cister, ¡felicidades, ya has pasado el ecuador! Si decides empezar aquí, el trayecto empieza en Montbrió de la Marca.
La cuarta etapa, de 21 quilómetros, transcurre por antiguos caminos empedrados hasta el monasterio de Santes Creus. La iglesia, de arquitectura imponente, aloja las tumbas reales de Pere el Gran, Jaume II y su esposa Blanca d’Anjou, y también del almirante Roger de Llúria. Puedes pasear por el gran dormitorio de los monjes y un claustro gótico de decoración elegantísima.
“El mundo del Cister” es un valioso montaje escenográfico y audiovisual indicado para conocer con precisión la Orden y su legado sin salir del monasterio. La majestuosidad de Santes Creus ha hecho que se hayan rodado películas como la superproducción “El monje” o el anuncio del famoso videojuego “Game of War”.
El quinto día es de vuelta a Montblanc en un trayecto de 24 quilómetros. Pasas por El Pla de Santa Maria, Figuerola del Camp y Prenafeta. Fíjate en el bosque de acebo y si te hierven los pies, tranquilo, ¡estás a punto de acabar la vuelta completa!
En bicicleta los paisajes pasan más deprisa, pero la excursión también es extraordinaria. En poco más de dos días completarás la ruta entera, que también puedes personalizar según tus gustos y capacidades.
Si haces la Ruta del Cister los primeros días de noviembre, puedes hacerte un regalo como premio por haberla completado. En Montblanc se celebra durante dos días la Feria de Sant Martí, un evento en el que la gastronomía de la Costa Daurada, los vinos y cavas de la Denominación de Origen Conca de Barberà y los quesos artesanos hechos en Cataluña son los protagonistas.
Es imposible no salivar con las exhibiciones de cocina en directo de los restaurantes de la comarca y las sesiones de maridaje. Si te desenvuelves bien entre fogones, apúntate al concurso popular de cocina. Si eres de los que no dejan nada en el plato, adelante, ¡la cata no se termina nunca!