Noches de luna llena y juegos de descubrimiento en el Pont del Diable de Tarragona

Pont del Diable

TARRAGONA

¡Cuidado donde pones el pie! En el bosque, de noche, es difícil caminar y orientarse, y hay que prestar mucha atención a las indicaciones del guía. Más aún si estás tan próximo a un monumento que esconde tantas leyendas como el Pont del Diable, un acueducto romano situado en la Costa Daurada que también se llama de las Ferreres. Una de las actividades estrella para visitar todo el conjunto ecohistórico son las salidas que se organizan las noches de luna llena. La enigmática luz que desprende la fase lunar más admirada y la quietud y el silencio de este entorno te harán descubrir de nuevo un monumento que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La ruta te llevará por los bosques cercanos y los jardines románticos de los hermanos Puig y Valls. Si estás atento, verás aves nocturnas como la lechuza y el chotacabras pardo, o escucharás el ruido entre los árboles del búho o el chotacabras europeo, dos pájaros difíciles de ver en plena noche. Si quieres hacer la visita guiada con niños, ¡adelante! Sólo tienes que avisar para que adapten el itinerario a los más pequeños.

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Costa Daurada, Pont del Diable, Tarragona, Anella Verda

Expedición en familia para encontrar el diablo

Esta es una de tantas actividades que pueden llevar a redescubrir el Pont del Diable, un monumento hasta hace poco olvidado en una esquina de la autopista. El primer sábado de cada mes, a las 10 de la mañana, desde la portada de entrada al parque también sale una expedición para conocer el Pont del Diable en familia. De hecho, te llevarán a encontrar el lugar donde se esconde el diablo de la leyenda del acueducto romano y conocerás su versión de la historia. A través de dinámicas en familia y juegos de descubrimiento, así como también de un reto para encontrar huellas de animales o un juego de agua para simular la actividad del acueducto, los niños van entrando en la historia y percibiendo el valor natural de este lugar. Es obligatorio inscribirse, porque las plazas son limitadas.

Conoce la historia del puente a través del vino de la DO Tarragona

El Parque Ecohistórico del Pont del Diable también cuenta con visitas guiadas para adultos que se hacen cada día con diferentes itinerarios. Se centran en el patrimonio, el jardín romántico y la naturaleza, pero también hay actividades relacionadas con el mundo del vino, ideales para conocer los productos de la DO Tarragona. Hay que consultar calendarios en la web del Pont de Diable.

El pulmón verde que rodea Tarragona

Un día alguien soñó unir los dos ríos que desembocan en Tarragona, el Francolí y el Gaià, con un paseo verde. Afortunadamente este proyecto es hoy una realidad en la llamada Anella Verda o Anilla Verde, conformada por una red de caminos tan antiguos como la ciudad: viejos caminos de carro y de herradura, senderos que llevaban hasta caseríos o aldeas ... Ahora estas vías se han unido, acondicionado y señalizado y forman un entramado de 72 kilómetros que van desde el Parque Fluvial del Francolí -donde hay una gran abundancia de fauna y floración hasta la otra punta del término municipal, la desembocadura del Gaià -junto al Castillo de Tamarit.

La ida por el interior se puede hacer caminando, vagar entre acueductos romanos, cúpulas modernistas, masías medievales o torres de defensa antipiratas, y también en BTT. La vuelta sólo es de acceso pedestre, ya que hay que pisar arena de playa y superar un accidentado camino de ronda, y las ruedas no ayudan mucho.

Puedes empezar la Anella Verda en el Pont del Diable de la Costa Daurada.
Este pulmón verde que rodea la ciudad de Tarragona también está conectado con el transporte público -autobuses urbanos y trenes- y es una gran idea utilizarlo para ir o para volver a la ciudad. Para muchos visitantes, el Parque Ecohistórico del Pont del Diable es también un excelente punto de partida para explorar este recorrido. Equipado con bocadillos y la cantimplora, sigue las banderolas que indican los atractivos de la Anella Verda, guíate con este mapa, ¡y a disfrutar del paseo!