De las tierras del Priorat es bien sabido que desde hace siglos sale un buen vino. Pero ya ha caído más en el olvido que la geología de la región ha dado otro producto de alto valor industrial: el plomo. Empezamos esta TripIdea en las minas de plomo más importantes de Cataluña durante un siglo, las de Bellmunt del Priorat.
Es como si hubieras abandonado los niños en medio de la selva y ellos tuvieran el reto de salir adelante superando pruebas en plena naturaleza. No es una pesadilla, es más bien lo contrario, una aventura infantil divertidísima que tiene un nombre y muchos ya lo conocen: Jungle Trek, un parque de ocio en la Costa Daurada que está integrado dentro del bosque.
Salta por las tirolinas, intenta mantener el equilibrio en los troncos móviles, supera el paso de la araña, aférrate a las lianas de Tarzán, ¡e incluso haz de funambulista paseando por una cuerda a 10 metros de altura! Jungle Treck ofrece a los niños a partir de 4 años y a los adultos más salvajes una oportunidad para disfrutar de las aventuras de 12 circuitos de varias dificultades. Además, ahora hay una sala de redes en lo alto para poder jugar con pelotas o saltar, y es apto para todas las edades! Sólo se requiere la presencia de un adulto con cada grupo de niños para que, junto con los monitores del espacio perfectamente entrenados, garanticen la seguridad de las instalaciones.
¡Perder a tus hijos por la selva del Jungle Treck es una experiencia familiar que te llenará de buen humor!
Pocas ciudades del país están tan preparadas como Cambrils para recibir a los amantes de la bicicleta. Muchos hoteles disponen de aparcamientos para las bicis, hay espacios de limpieza y talleres para las bicis y menús especiales para deportistas. Si eres un gran aficionado o simplemente un dominguero de las dos ruedas, pedalea, ¡que estás en la Costa Daurada!
En la Oficina de Turismo de Cambrils te darán un plano con todos los carriles bici y caminos del término municipal. Es una herramienta perfecta para conocer la parte más rural del pueblo pedaleando en familia: campos cultivados, arroyos, riachuelos, senderos... Una red de caminos que te llevan hasta Montbrió y Mont-roig del Camp por rutas alternativas a las carreteras principales. Permiten conocer el paisaje marítimo y el núcleo histórico, pero también los alrededores, con campos de cultivo y senderas llenas de belleza, medio desconocidas, para disfrutar de la bici en familia. Si el frente marítimo ofrece hasta 9 kilómetros de bicicleta paralelos al mar, des de levante hasta poniente, el interior está marcado por diferentes rutas, algunas que incluso se pueden hacer caminando, pero todas en BTT.
Cerca del mar, la salida más tranquila que puedes hacer en bicicleta es la del Passeig Marítim, en dirección a Salou. En total son 9 kilómetros de carril bici con servicios como bares y restaurantes muy cerca, que llega hasta la Pineda Platja. En verano, vale la pena evitar las horas de máxima irradiación del sol si no quieres caer desplomado de tanto calor. Eso sí, si llevas el bañador puesto, ¡siempre puedes hacer una parada con baño incluido!
Nació en Torredembarra uno de los catalanes que más éxito cosechó haciendo las américas en el siglo XIX. Joan Güell fue pionero en la industrialización catalana y es uno de los indianos más famosos y polémicos de Cataluña. Fundó la Maquinista Terrestre y Marítima - la gran empresa catalana de la Revolución Industrial - y sus herederos fueron los fieles mecenas del arquitecto Antoni Gaudí. Güell dejó huella en Cuba y en toda Cataluña. Y en esta TripIdea queremos invitarte a seguir el rastro que él y el resto de indianos han dejado en este pueblo de la Costa Daurada.
El tercer fin de semana de septiembre, Torredembarra celebra la Feria de los Indianos, en la que las calles del casco antiguo vuelven a la era de los aventureros económicos de las américas. Habaneras, ron, bailes de salsa, vestidos caribeños... Te parecerá haber aterrizado en la Cuba de principios del siglo XX sin moverte de la Costa Daurada. Es una buena ocasión para entrar en la Torre de la Vila -origen de la ciudad- y descubrir sus reminiscencias indianas. Cuando te canses de dar vueltas, un buen café cubano te trasladará a las plantaciones de café del Caribe. Y no olvides ir a la moda cubriéndote del sol con el clásico sombrero panameño.
"Reus, París, Londres!", exclaman los locales para sacar pecho y situar la ciudad a la altura de grandes capitales europeas. La retranca popular hace referencia a las tres lonjas del continente donde se fijaba el precio del aguardiente en el pasado y dice mucho del espíritu optimista de los reusenses, que sacan la fiesta que llevan dentro en las grandes ocasiones. ¡Uniros a una buena celebración en la Costa Daurada con esta TripIdea!
Las fiestas de Sant Pere de Reus, que se celebran a finales de junio, tienen una historia de más de 400 años. La imagen -o mejor dicho el sonido- que más cautiva a nuevos y habituales es sin duda la tronada. En la plaza del Mercadal no cabe un alfiler para ver y oír el chasquido aterrador que sirve para abrir la fiesta en la Costa Daurada. Nada que envidiar al chupinazo de los Sanfermines; en Reus, los truenos y los morteros, que aquí resuenan a ras de tierra, despiertan la emoción contenida durante todo el año.
La tronada (la tormenta) se repite hasta cuatro veces durante la fiesta mayor. Los días de homenaje al patrón de la ciudad están centrados en la procesión con la imagen de San Pedro y la salida a la calle de la mula, el dragón, el águila, los gigantes... Encontrarás cada día fiesta tradicional y popular, con jornadas castelleras incluidas. ¡Súmate! Para vivirlo acompaña la fiesta con la bebida local, el vermut, con decenas de variedades servidas en los locales de la ciudad.
El Imperio Romano aún no ha caído. Su bastión en pleno siglo XXI es Tarragona y da la impresión de que el emperador Augusto todavía gobierna. El anfiteatro, el circo, las murallas, el pretorio, el acueducto, el foro y el ayuntamiento viven la emoción de los días más gloriosos de Tarraco. Bienvenidos al Tarragona Historia Viva de la Costa Daurada, una propuesta veraniega de recreación histórica que te transporta con toda la familia a la vida de hace más de 2000 años en estas tierras.
Es sobre todo los fines de semana, de mediados de julio a septiembre, cuando la Tarragona reaviva su esplendor romano en las ruinas que hay repartidas por la ciudad como escenario. Te convertirás en legionario, deberás ingeniártelas para descubrir los enigmas romanos escondidos en los monumentos, asistirás al asesinato del César y a la representación de las marionetas de Marco Antonio y Cleopatra, probarás las mejores recetas romanas... Todo ello en un programa completísimo para aprender con familia o amigos como era la vida en la segunda ciudad más importante del Imperio Romano, Tarraco.
Calafell es un buen lugar para pasar unas vacaciones tranquilas o incluso un período de descanso en tu vida. Esto ya lo tuvieron muy claro los pobladores de estas tierras desde algunos milenios atrás. Y es que aquí hubo uno de los principales asentamientos de íberos de la península hacia el 500 a.C: la Ciutadella Ibèrica.
Aquí cada verano, a finales de julio, se celebra el Festival Terra ibèrica, de recreación histórica y dedicado especialmente a divulgar el mundo de los íberos al público de todas las edades. Normalmente el festival tiene un elemento temático como puede ser el fuego, la guerra o la perspectiva de género.
El convento de Bellpuig, los monasterios de Poblet, Santes Creus, o Vallbona de les Monges convertidos en un escenario musical de excepción. ¿Te lo imaginas? Hace años que es una realidad gracias al ciclo de conciertos de la Ruta del Cister, que tienen lugar las noches de verano en estos espacios cargados de historia.
La programación suele mezclar varios estilos musicales: el jazz, el pop, el gospel o la música clásica. Un cuarteto de cuerda tocando entre las paredes del monasterio de Santes Creus no suena igual que en una sala de conciertos. La experiencia de los conciertos cistercienses -son todos las noches de los sábados de verano- también es apta para menores y si tienen menos de 7 años, la entrada es gratuita. En su web puedes reservar las entradas y consultar la programación de este ciclo de conciertos de la Costa Daurada.
Los caminos de ronda, singulares trayectos que recorren buena parte de la geografía costera de Cataluña, eran antiguamente vías de vigilancia del litoral y caminos que utilizaban los pescadores. Hoy en día se han convertido en un tesoro para descubrir los rincones escondidos de la costa catalana y cada vez se van incorporando nuevas rutas con más caminos acondicionados. Es el caso del camino de ronda de Salou, una vía rehabilitada que te ofrece un paseo amable por el entorno natural menos pisado del municipio.
El sendero tiene 2,4 kilómetros y recorre el litoral desde la zona de Pilons, en pleno hervidero turístico, hasta Replanells, en el Cap de Salou. Desde allí puedes ver la parte sur de la Costa Daurada, con su amplísimo Golfo de Sant Jordi, y disfrutar de la tranquilidad de sentir el impacto del mar contra las rocas mientras divisas diferentes especies de aves marinas.
De camino, pasarás por la playa de los Capellans y su antiguo lazareto -conocido popularmente como "castillo de Salou"-. Esta construcción en tres torres de piedra debía servir en el siglo XIX para guardar en cuarentena a personas y mercancías procedentes de áreas del mundo con epidemias. Parece que nunca llegó a entrar en funcionamiento.
Caminando llegarás a la cala Llenguadets, donde se conservan los búnkeres construidos durante la Guerra Civil. El último tramo es el de la playa Llarga hasta el Cabo de Salou, el más alejado del ruido del turismo y con más atractivo natural. Salvo algunos tramos con pequeñas dificultades, la mayor parte del camino es practicable para todos, a pie, en patines, o en BTT.
Esta TripIdea comienza por debajo del nivel del mar, entre 4 y 16 metros de profundidad en la costa de El Vendrell. Te proponemos zambullirte en una de las reservas marinas más ricas del país, la de Masía Blanca, en un viaje de 'snorkelling'. ¡Prepárate que hoy toca inmersión!
La playa de arena junto a la riera de la Masía Blanca ya es un buen atractivo, con sus dunas creadas por la acción del viento. Pero si te pones los pies de pato, la máscara y el tubo y te tiras al agua descubrirás un mundo nuevo. La reserva marina la conforman comunidades coralinas perpendiculares a la costa y grandes prados de Posidonia oceánica (un alga endémica del Mediterráneo).
Se esconde una gran diversidad biológica: especies de invertebrados como pulpos, sepias, nácares o vertebrados como los meros, las doradas ... Cuando flotas con estas vistas del fondo del mar te das cuenta inmediatamente de lo poco que conocemos la mitad marina de nuestro planeta. En la oficina de Turismo de El Vendrell organizan un aula acuática que te servirá de introducción a la reserva y te guiará hacia la parte más espectacular con todo el equipo de snorkel incluido. Los menores son bienvenidos si van acompañados y tienen y saben nadar.