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Descripción de la ruta

Empezamos en la Plaça de la Sardana y nos dirigimos hacia el Carrer Nou, una de las calles del pueblo que aún conserva las vistas al mar. Es agradable recorrerla con la perspectiva del horizonte abierto y cambiante del mar. Llegamos a la primera rotonda de la Avinguda de Sant Jordi, la puerta de entrada al núcleo del pueblo. Caminamos paralelos a la autopista acompañados a la derecha por una finca de algarrobos bien cuidados con ejemplares majestuosos y bellísimos. Sin dejar el camino asfaltado, llegamos a la urbanización de Mas Roig para dirigirnos a los jardines de Roc de Sant Gaietà con sus característicos pinos tumbados, y encontramos el centro cultural La Roca Foradada. Desde allí, tomamos el recién reformado Camí de Ronda hasta llegar a la Ermita de Berà. Desde el camino, vemos la pequeña Platja dels Capellans y La Roca Plana hasta llegar a las escaleras que conducen a la Ermita, que fue objeto de una apasionada defensa popular cuando los gestores de la residencia querían convertirla en centro de culto privado. La ermita, por su situación y su entorno, es un lugar que, por sí sola, merece una visita. Después de pasar por debajo de las vías del tren, giramos a la derecha y caminamos paralelos a las vías en una calle de subida, llena de adelfas y salpicada de eucaliptos. Desde la encina centenaria, por el Carrer Bèlgica y la nueva Avinguda d'Europa, llegamos a l'Arc de Berà, construido en la Vía Augusta en el siglo I antes de Cristo. En los últimos años se ha procedido a su restauración, desmontándolo piedra a piedra. Desde el año 2001 es Patrimonio de la Humanidad. Al lado del Arco, se encuentra la antigua masía de "Can Piles", hoy en ruinas, gracias a las cuáles se puede adivinar el esplendor que tuvo en su época. La entrada de cipreses todavía impresiona. Detrás de la casa se conserva una encina centenaria, los lavaderos y una noria. Después giramos a la izquierda para tomar el Camí de Berà. Siguiendo el camino asfaltado, llegamos de vuelta al puente de la autopista, a la entrada de Roda y de ahí, por el mismo camino, al punto de partida.

Tipo de ruta: Ruta circular
Punt de partida y llegada: Plaça de la Sardana
Dificultad: Baja
Distancia: 9 km
Duración: 3 horas

Puntos de interés: Sin duda, uno de los atractivos de esta ruta es el Arco de Berà construido en la Vía Augusta en el siglo I antes de Cristo y Patrimonio Mundial de la UNESCO. En los últimos años, se ha procedido a su restauración, desmontándolo piedra a piedra. Fue construido por Lucio Licinio Sura para marcar los límites territoriales y terminar con las disputas entre las tribus de los ilergetes y los cosetanos. Como curiosidad, fue dinamitado en 1936 adosando una carga explosiva en una de sus patas, que provocó un gran desperfecto en el monumento aunque no logró destruirlo. Pero más allá del famoso arco romano, también destacamos los jardines de Roc de Sant Gaietà, un pueblo típico mediterráneo donde se puede encontrar la huella de muchas civilizaciones. Allí se encuentra El Cupot, una pintoresca roca horadada por la que penetra el agua especialmente en los días en los que el mar está más movido. En el centro cultural La Roca Foradada podemos visitar una exposición permanente de esculturas de oro de Salvador Dalí, el Museo del Escritor, y una sala permanente de exposiciones que promociona tanto a artistas locales como visitantes.

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Una cervecita en Roc de Sant Gaietà

Entre las calles de Roc de Sant Gaietà puedes encontrar maravillas de estilo románico, árabe, gótico y de otras zonas de la geografía española, que le dan un aire de pueblo típico mediterráneo. Un sitio excelente para tomarse una cervecita y ¡recuperar la energía!

Un helado especial

El restaurante Cal Sisquet en Roda de Berà oferece algunos de los helados más buenos del mundo. El chef ha sido premiado en varios certámenes internacionales. Te recomendamos que pruebes los bombones y polos tipo Magnum®, Calippos® y sándwiches en su privilegiada terraza con vistas al mar.

La noche y la espiritualidad

Ver el atardecer desde la Ermita de Berà te conectará con una dimensión espiritual. En esta construcción de estilo renacentista es habitual encontrarte con excursionistas y distintas celebraciones.