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El Paraje Natural de Interés Nacional de Poblet está enmarcado dentro de la comarca de la Conca de Barberà, en los municipios de L’Espluga de Francolí y Vimbodí i Poblet. En él se distinguen dos claros tipos de relieve: el de la montañosa vertiente norte de las montañas de Prades y el de las llanuras de la parte más septentrional, con pueblos de tradición rural y residencial. Con una superfi cie de 2.460 ha, el punto más elevado es el Tossal de la Baltasana (1.201 m) que pertenece a las Montañas de Prades. En el año 1998 se declararon las Reservas Naturales Parciales del barranco de la Trinidad y del barranco del Titllar, con 919 ha más. Presenta una gran diversidad de comunidades vegetales en un espacio relativamente reducido. Son destacables el encinar litoral o el encinar montañoso, que se combinan con el paisaje de cultivo, especialmente de vid, que goza de la Denominación de Origen Conca de Barberà. La espectacular masa forestal, la orientación y el clima permiten la presencia en la zona de una elevada diversidad faunística, con alguna especie con requerimientos eurosiberianos y medioeuropeos como el trepador azul y el zorzal. Durante los meses de invierno se pueden observar un gran número de rapaces como el azor, el cárabo común, el águila perdicera o el halcón peregrino. La presencia de mamíferos, de más difícil contemplación por sus hábitos a menudo nocturnos, incluye especies típicas del bosque mediterráneo como el tejón, la garduña o el zorro, y también una notable población de jabalí y corzo, reintroducido en el año 1995. Para proteger a estas comunidades animales, la zona conocida como Bosc de Poblet fue declarada Refugio de Fauna Salvaje, con una extensión de 2.276 ha. El Bosc de Poblet es un referente para la práctica del senderismo, ya que cuenta con una importante red de senderos que permite acceder fácilmente a los rincones más singulares y atractivos de las Montañas de Prades. Además de este deporte se pueden practicar otros como son la escalada, la espeleología, la BTT y el tiro con arco. Este espacio debe su nombre al monasterio fundado en el siglo XII en unos terrenos donados por el conde Ramón Berenguer IV a los monjes de la orden del Cister. En la actualidad, el Monasterio de Santa María de Poblet, declarado en 1991 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los objetivos principales de la Ruta del Cister.