Los viñedos en bancales del Priorat y de la sierra del Montsant, las llanuras del Camp de Tarragona y del Penedès, y los paisajes más ondulados de la Conca de Barberà conforman un rompecabezas de variedades que, una vez trabajadas con la herencia de una sabiduría milenaria, dan resultados únicos reconocidos internacionalmente.
Si quieres conocer el ADN de la cultura del vino en estas tierras, además de adentrarte en sus majestuosas y llenas de luz Bodegas Modernistas, que Àngel Guimerà bautizó como Catedrales del Vino, te sugerimos descubrir, poco a poco, la numerosa y variada oferta enoturística de un territorio que te habla de vino.
La Costa Dorada y las Terres de l'Ebre, con siete denominaciones de origen de vino, y parte de sus territorios incluidos en la denominación de origen Cava, cuentan con una notable variedad de paisajes de viñedos.
La Conca de Barberà ha convertido el Trepat, su variedad autóctona, en la enseña de esta denominación, que cuenta con un rico patrimonio arquitectónico, en el que destacan las propias bodegas modernistas y el monasterio de Poblet, que fue fundamental en la expansión del cultivo de la vid en la Edad media y que, hoy en día, es Patrimonio de la Humanidad. En Poblet aún hoy se vinifica, al igual que lo sigue haciendo la cooperativa agrícola más antigua de la península, Barberà de la Conca, fundada a finales del siglo XIX.
Montsant se ha convertido en un tiempo récord en un referente internacional. Sus vinos enamoran la crítica especializada y los consumidores. A pesar de su juventud, cuenta con un legado vitivinícola antiquísimo, que mantienen bien vivo bodegas y cooperativas centenarias, joyas arquitectónicas del modernismo agrario. Espiritualmente legendaria, la sierra de Montsant ("montaña santa") se levanta majestuosa en el norte de esta zona vitivinícola y le presta el nombre a esta gran tierra de vinos.
En esta tierra de paisajes picassianos, mediterráneo de interior, los monjes templarios ya cultivaban la vid en el siglo XIII. Sus condiciones siempre han sido óptimas, especialmente para la garnacha blanca, la estrella de una paleta de variedades que proporcionan vinos de reconocida calidad. En los últimos años, con una clara apuesta por la tradición y la innovación, una constelación de productores ha vuelto a situar la DO en el mapa internacional. Asimismo cuenta con una oferta enoturística muy auténtica, en la que no faltan algunas de las catedrales del vino más espectaculares.
> CATEDRAL DEL VI PINELL DE BRAI
El legado del cultivo de la vid en esta zona nos traslada a la época en que Tarragona era una de las ciudades más importantes del Imperio Romano, y su vino era uno de los más apreciados del Mediterráneo. Declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO, Tarragona es un punto de partida excelente para conocer la cultura del vino de una DO que, desde el Mediterráneo, se adentra hacia el interior rural, hacia las tierras del Ebro, y donde los elaboradores tratan de armonizar la tradición vitivinícola, la innovación y la autenticidad de los vinos.
Fenicios y romanos introdujeron el cultivo de la viña en Cataluña y, desde entonces, el vino forma parte de nuestra vida diaria, de nuestra dieta, de nuestra cultura y de nuestros momentos de celebración. La DO Cataluña, creada en 1999, es heredera de esta larga tradición. Actualmente, esta DO reúne la gran mayoría de municipios catalanes productores de vino, con 35 variedades de uva autorizadas. Cada botella contiene el país en su totalidad. Y esto no es retórica, sino la filosofía de una DO que pretende ofrecer a los viticultores un marco más flexible y con más posibilidades de coupage en la creación de sus vinos.
El Cava nace por la transformación radical de la viña a raíz de la invasión de la filoxera. Durante el siglo XIX, varias familias de Sant Sadurní d'Anoia inician la investigación vinculada a la nueva técnica de elaboración (conocida actualmente como "método tradicional" o "champenoise" ) y lo aplican a los cultivos de la zona. De esta manera nació el Cava, con una identidad que le es propia y diferente de cualquier otro vino espumoso de calidad. En la Costa Daurada hay varias bodegas que lo elaboran y que abren sus puertas al visitante. ¡Os animamos a visitarlas!
Encontramos Bodegas Modernistas en varias comarcas de la Costa Daurada y las Terres de l'Ebre. Todas diferentes, todas singulares e interesantes. Todas cercanas. Juntas forman un mosaico digno de conocer, por etapas o en una sola ruta. Atrévete a descubrir qué te pueden ofrecer ¡Tú eliges!
Dicen sus habitantes que el Priorat es una tierra para descubrir sin prisas. Y no se equivocan. La importancia de las pequeñas grandes cosas. El lugar ideal para dejar de vivir a contrarreloj. Te recomendamos disfrutar de un roadtrip tranquilo, conduciendo por sus sinuosas carreteras rodeadas de bancales de viñedos y paredes de piedra seca, sin rumbo aparente. O en bicicleta, a través de una experiencia que equilibra a la perfección los conceptos placer y esfuerzo. Atrévete a descubrir todo lo que explican y enseñan las guías y que a menudo piensas que no puede ser real.
Montañas amables, familiares, tranquilas pero a la vez intrépidas, punto de encuentro para amantes del senderismo. Monasterios y pueblos encantadores donde se tiene la sensación de estar lejos de la influencia del hombre. El Monasterio de Santa María de Poblet, Montblanc o las cuevas de la Espluga de Francolí, un mundo desconocido de rocas y estancias subterráneas que seguro seducirán a los más pequeños. Como ves, el territorio ideal para reencontrarse con uno mismo, conectando mente, naturaleza y espacios que respiran espiritualidad.
La Terra Alta, a vista de pájaro, es un inmenso mar de viñedos y olivos. Un paisaje que es la máxima expresión de la cultura mediterránea heredada de los antepasados árabes y romanos. La tierra que fascinó Pablo Picasso. Un destino emergente para los aficionados al enoturismo y para los que quieren recuperar la memoria histórica de la Batalla del Ebro, a través de vestigios y testimonios de este episodio histórico.
Origen y punto de confluencia de dos de las tradiciones catalanas más reconocidas: los castellers y los calçots. Tierra que conserva el encanto de la Cataluña rural, con pequeños y auténticos pueblos, bodegas y cooperativas modernistas y una acogedora capital, Valls. También encontramos entornos naturales singulares y de gran belleza , como las montañas de Prades y del Gaià. El Alt Camp, por tanto, se convierte en el lugar perfecto para sumergirse y entender los fundamentos, tradiciones y símbolos de la cultura catalana. ¡Respira raíces!